LA BASE
TERRITORIAL:
“una apuesta por
la recuperación de la aldea perdida”
La
Ganadería Ecológica Falda de Peña Mea tiene su base territorial distribuida en
un marco
natural de indudable valor ambiental, inserta en pleno corazón del
Paisaje Protegido de las Comarcas Mineras, puerta de entrada del Parque Natural
de Redes, forma parte de la Red Natura 2000 y es Lugar de Interés Comunitario
LIC ES1200039 Cuencas Mineras. La explotación cuenta con su razón social en la
aldea de la Cuesta, parroquia de Tolivia - concejo Laviana, siendo considerada
esta zona como área en especial riesgo de despoblamiento por el Gobierno
Principado de Asturias.
Logos de al Red Natura 2000 y del Protegida de las Cuencas Mineras, marcas de calidad ambiental
La
base territorial que sustenta la cabaña ganadera se emplaza en las
estribaciones de Peña Mea, sierra de naturaleza litológica caliza, que aporta un
valor nutricional excepcional a los
pastos de montaña que en ella brotan. La explotación cuenta con una
Superficie Agraria Útil (SAU) de 40
Has, distribuidas en 15 has de praderías
propias y 25 has de superficie comunal asignadas mediante licencia municipal de
pastos con destino al pastoreo estival. El grueso de las praderías se
concentran en el paraje conocido como la "Collá de Pelúgano", a caballo entre
el concejo de Laviana y Aller, a 1000
m de altura, lo que junto con la naturaleza litológica
ya aludida proporciona unos pastos y un forraje de una calidad inigualable
que tienen traslación directa en el sabor de la
carne que se produce en nuestra ganadería, y que evoca en el paladar del comensal la
frescura y ternura de estos paisajes de la
montaña central asturiana.
Esquema de localización
La estructura territorial de esta explotación ganadera reproduce el paradigma clásico de la casería asturiana, con la salvedad que introduce la dispersión parcelaria propia de las áreas de montaña; de tal manera que aquí los diferentes componentes espaciales no forman una estructura compacta entorno a la casa, a modo de quintana como sucede en la marina, sino que se disocian por el valle desde la parte baja a la alta en función de las condicionantes agroecológicos locales. En la parte baja del valle, recostada en la ladera que mira a medio día se encuentra la aldea de la Cuesta, en ella se asienta la vivienda principal, las cuadras de invernada, las huertas de labor y una pumarada, estas dos últimas con destino al autoconsumo familiar. Valle arriba, donde las masas de castaños dan paso a grandes claros de pastizal, se emplazan los invernales, prados cercados con cuadra, que hace las veces de establo y pajar, rodeados de amplias superficies de pastos comunales que son aprovechados por las vacas durante la invernada mediante una semiestabulación parcial. Por el día las vacas permanecen sueltas en los prados, una vez agotados los recursos de éstos pasan a los comunales y por la noche se recogen en las cuadras dónde se les suministra una ración de hierba. Los invernales de la explotación se localizan en los parajes del “Collau Sandiz” y "Les Campes" emplazados a mitad del valle. Ya en el límite con Aller, adosada a la base de la Peña Mea, se encuentra “ La Collá de Pelúgano”, un espacioso collado de difluencia fluvial sobre el que se extienden amplias superficies de pradería. Allí tiene nuestra explotación los prados de siega de "La LLobetera, El Estantíu, Los Campellinos y Felguera", contando el primero de ellos con cuadra y cabaña al efecto de facilitar el pastoreo extensivo estival. En los montes comunales que rodean la Collá: el "Traveseu, los Oleos y el Formosu" pastan en libertad las vacas durante el verano y parte del otoño. Finalmente, ya en el valle de Pelúgano, aguas vertrientes a Aller, en el paraje de “Grande Grande” tiene la explotación otra pradería de siega de unas 2 has de extensión.
Panorámica de la Colla de
Pelúgano
Desde
la Ganadería Ecológica Falda de Peña Mea se apuesta con trabajo y esmero a lo
largo de todo el año por la conservación de la base territorial descrita, al
objeto de lograr la autosuficiencia alimentaria de la cabaña ganadera y de
conservar el patrimonio cultural y etnográfico
ganadero asturiano, prestando especial interés en la rehabilitación de
las edificaciones, en el mantenimiento de los cierres y en el manejo de las
praderas al efecto de favorecer la biodiversidad de los pastos que sostienen el
ganado. En síntesis, se trabajo duro para que la aldea no se pierda. En los
paisajes descritos fue en los que el célebre escritor laviánes Armando Palacio Valdés, en su novela más
conocida, “La aldea perdida”, ubicó la residencia de uno de sus protagonistas,
el heroico Nolo; la bucólica Braña coincide, por las pinceladas paisajísticas que da el autor, con la parte alta
del Valle de les Campes, a los mismos pies de la Peña Mea.